Como le sucede a mucha gente, yo fui de los que se acercó a la lírica de pura casualidad. Me quedé entusiasmado con ese puzle de distintas artes que se relacionan sobre el escenario en una ópera y la fascinación se convirtió en vocación. Aunque en ese momento estaba estudiando Historia en la Universidad de Oviedo, muy pronto lo tuve claro: acabaría la carrera y después me iría a Italia a estudiar canto lírico.
Así lo hice. Me fui a Parma, donde comenzó un viaje emocionante y lleno de retos. He vivido momentos electrizantes de conexión profunda con el público y otros, más privados, de sacrificado estudio e incontables horas de práctica, de perfeccionar cada nota y de explorar los matices más sutiles de cada personaje que interpreto.
Cada actuación es un acto de vulnerabilidad y valentía, donde a través del texto me sumerjo en los roles que interpreto. Mi objetivo último es llegar a lo más profundo de quienes me escuchan a través del alma de mis personajes, un trabajo lleno de momentos inesperados y curiosidades que he tratado de reflejar en esta página web. Les invito a explorar este espacio con la misma maravilla que a mí me inunda cuando preparo un rol: quién le hubiera dicho a aquel chaval de las Cuencas Mineras que iba a terminar cantando ópera por España, Italia, República Checa o incluso Japón.